miércoles, 31 de diciembre de 2008

La canción de la semana Metronomy 'Radio Ladio'

Hey le dejo esta rolita , el video me mato de risa espero a ustedes tambien les agrade podemos pintarnos el cuerpo de colores? jajajaja

Despidiendo al 2008

En ausencia de todos los demas Ketchupenses, me atrevo a enviarle a todos nuestros lectores y amigos blogeros un enorme abrazo y nuestros mejores deseos.
Esperando que la crisis económica en la que llegamos a este nuevo año sea tolerable, que mantengamos nuestros empleos, becas o recursos económicos para sobrevivir. Que nuestros corazones esten llenos de felicidad y esperanza, y la mejor cara ante todos los problemas a los que nos enfrentemos, la salud porque sin ella no se puede hacer nada, la cercanía de nuestros seres queridos, y la fortaleza que el amor nos brinda.
Brindo por los que ya no estan, por los que pronto regresan o por los que se van, y que todos los planes y anhelos que emprendamos se cumplan.
Recuerden mis queridos compañeros editores de este querido blog, cuanto se les quiere y lo que significan para su servidora, le envío un enorme abrazo, y todo mi amor.

martes, 30 de diciembre de 2008

Cuales fueron tus canciones favoritas del año.......?

Como en todas las estaciones de radio o canales de T.V. donde se llevan acabo este tipo de conteos, pues nosotros no podemos quedarnos atras, durante estos días de asueto, estuve viendo muchísima televisión, en VH1 canal de música, ocurrieron un par de programas que me hicieron pensar en lo cerca que estamos de uno nuevo, vi "Las mejores 100 canciones en español de los 80´s" y ya se imaginaran, grupos como FLANS, TIMBIRICHE, SODA ESTEREO, CAIFANES... Y solistas como Daniela Romo, Yuri, jajajaja todo eso, después el siguiente programa" Las 90 mejores canciones en español de los 90´s" por supuesto algunos de los grupos repitieron y los soistas volvieron a aparecer, claro Luis MIguel ocupo los primero lugares en los 2 conteos sin duda alguna.

Mencionaban que durante los 90´s hubo cambios importantes, los canales musicales en T.V. y la industria del video, el salto de acetato a Cd fueron cambios súper importantes para la industria musical.

Ahora a punto de saltar al último año de la década deberíamos ir preparando el siguiente conteo, " Las 200 mejores canciones en español del 2000" o como lo llamarían ???

Los cierto es que hay canciones que marcan cada década, pero no dejan de ser importantes, siguen siendo un hit canciones 70´s que siguen prendiendo los corazones de las nuevas generaciones, así que ustedes pueden ir proponiendo... será acaso Luis MIguel de nuevo ganador en este conteo???
Jajaja ustedes juzgen.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Que onda con este Japo???


México, 29 dic (EFE).- El turista japonés Hiroshi Nohara, quien vivió durante 117 días en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, abandonó las instalaciones de la terminal aérea tras aceptar la oferta de una mujer de hospedarlo en una vivienda en el sur de la capital mexicana, informó hoy el diario Reforma.

Nohara, un ex trabajador de la limpieza de 40 años, había convertido una mesa en el área de comidas rápidas del aeropuerto en su nueva casa, lo que sorprendió a la opinión pública local.
Sin embargo, una mujer logró convencerlo ayer de que se hospede en su casa, situada en el barrio Del Valle, en el sur de la ciudad.

El periódico publica hoy fotografías del japonés en momentos en que deja la terminal aérea en compañía de una mujer con rasgos orientales, e imágenes de algunos taxistas que se tomaban fotografías de "despedida" con el ex inquilino del aeropuerto.

Con un aspecto descuidado y una abundante barba, el turista dejó el área que le sirvió de vivienda durante casi cuatro meses y a la que llegó cuando decidió salir de su país en busca de su novia, de la cual supuestamente no sabe nada desde hace tiempo y al parecer se encuentra en Brasil.

Su intención era convertir México en su escala y continuar su viaje a Brasil, pero perdió su pasaporte, que le fue repuesto por la embajada de su país para regularizar su documentación.

Las autoridades mexicanas indicaron en su momento que el reglamento del aeropuerto no estipula el tiempo máximo que un turista pueda permanecer en la terminal.

Nohara llegó a México con un visado de turista para 180 días el pasado 2 de septiembre en un vuelo procedente de Los Ángeles (EE.UU.).



Fuente: Yahoo Noticias



Qué onda? Será que se creía TOM Hanks en esa película "La Terminal"? dónde el es un turista de un país ficiticio el cual tras actos de guerra queda destruido y no hay nadie que responda por su ciudadano perdido en un aeropuerto de estados unidos quién también perdió o algo así sus documentos de migración ajajajajaja, Qué opinan ustedes??

sábado, 20 de diciembre de 2008

Pocoyó

Pocoyó es el nombre del protagonista de la serie de animación creada y producida por Zinkia Entertainment y distribuida por Granada International. Consta de dos temporadas de 52 episodios cada una de unos 7 minutos de duración (Wikipedia).

La calidad técnica en la elaboración de cada capítulo, junto a unos cuidados guiones, una excelente sonorización y unas animaciones cuidadas al detalle, han hecho de Pocoyó un producto de una altísima calidad y que ha triunfado en países como Reino Unido, Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Autralia y España antes de llegar a pantallas latinoamericanas. De hecho, la primera temporada tuvo un presupuesto de algo más de 5 millones de euros. En la versión inglesa, el encargado de presentarnos a los personajes e interactuar con ellos es el actor británico Stephen Fry. En la versión española pone su voz José María del Río (Wikipedia).
Esta animación protagonizada por Pocoyó un pequeño de edad preescolar no definida, que está descubriendo el mundo y lo hace como todos los niños, con curiosidad y mucha alegría. Además lo acompañan sus amigos Pato, Elly, Pajaroto (Pájaro Dormilón en la versión Latinoamericana) y su mascota Loula. En cada capítulo, nos introduce y conduce una voz en off.
Me encata esta caricatura por varias razones, la primera es que me mata de risa y de ternura, la segunda es que las animaciones me parecen bellísimas, unos muñequitos perfectamente bien hechos con una estética que en lo personal me gusta mucho y con una sencillez visual que compaña esa armonía y la última es que me parece que retrata con fidelidad a la realidad, de hecho, leí que el autor decidió hacer estas animaciones inspirado en su hija y como regalo para ella, y es que no se puede retratar a un niño tan perfectamente como lo hacen en Pocoyó si no se ha vivido con uno y se ha observado toda su conducta.
Cada vez que veo Pocoyó imagino lo hermoso que debe ser tener uno de esos en casa, pues un niño nos da lecciones a diario de lo fácil y hermoso que es amar la vida momento a momento.
Les dejo una probadita con mi episodio favorito (Creanme que fue difícil decidir cuál era mi favorito) se titula "Súper Pocoyó", también les recomiendo "No tocar", "Hora de acostarse a dormir", "El globo de Pocoyó" y la verdad es que les recomiendo todos.

lunes, 15 de diciembre de 2008

El destino nos esta alcanzando...

Con referencia a lo que la Pequeña nos expuso hace 3 días quiero continuar la reflexión, la verdad es que da miedo esto de crecer, siendo hijas de familias "modelo" niñas estudiosas, aplicadas, obedientes, hoy nos enfrentamos a nuevas circunstancias, estamos creciendo.

Dedicamos los últimos 5 años a terminar nuestra educación superior, pero ahí no paró, decidimos trabajar, ser emprendedoras, obtuvimos empleos, realizamos una tesis, viajamos, tantas cosas hemos hecho y todo para coronar nuestros esfuerzos.

Pequeña salió del nido a buscar su propio destino, yo sigo en él con la diferencia que cada vez está mas vacío y da lo mismo a si yo viviera sola.

Cambios de ánimo y humor se encuentran a la orden del día y seguimos tratando de sobrevivir, ahora yo con un nuevo proyecto y los estudios de posgrado, un fuerte compromiso con CONACYT, con la Dra con la que ahora trabajo y conmigo, otra oportunidad para probar mis habilidades como mujer de ciencia, enfrento temores normales, como el miedo a fracasar y fallarme a mi misma, quiero demostrarme que soy buena en lo que hago, demostrar el amor que le tengo a la profesión y las ganas de continuar creciendo academicamente. El sueño de poder dejarle algo al país, una aportación que sirva de algo.

Otros temores, quedarme sola (sin pareja) no es malo, lo sé, sin embargo veo a mi jefa y pienso que cuando tenga su edad no quiero estar sola, metida a tal punto en mi trabajo, que desperdicie toda la vida en ello sin formar una familia, no quiero pasar los cumpleaños sola, qué triste me parece porque ella todo el tiempo busca convencerce de que su elección fue correcta y que no se arrepiente, pero siento un dejo de tristeza cada que lo platicamos... Para mi, aunque quiero consagrarme a la carrera, formar una familia tambien es prioritario.
Si lo sé, el mundo no da para más niños por ahí pero por lo menos adoptar uno y formar una familia con el hombre a quién amo.... si así es, los biólogos tienen sentimientos jajajajaja, no, en serio, esa idea de formalizar la relación e incluso una despanpanante boda me circula frecuentemente en la cabeza pero algo me falta, necesito mas estabilidad, económica, social y de pareja, pero en verdad , esas ideas me persiguen, la sociedad me presiona y eso también provoca sentimientos encontrados, tristezas y cosas extrañas.

En efecto uno no sabe lo que es ser adulto... aún no me queda claro y no se en que trinchera estoy ahora, me siento tan confundida como cuando era adolescente... ¿sigo siéndolo? o es qué nunca maduras lo suficiente? Lo peor es que no tenemos tiempo de descubrirlo porque las situaciones están encima de nosotros y hay que tomar desiciones entonces, qué hacer???

Por favor al único adulto que nos lee puede darme su opinión?? Pequeña cada uno de nosotros se encuentra en las mismas... qué somos, qué hacemos, para dónde vamos???... no estas sola mi niña.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Cuando el destino nos alcanza

Cuando era niña no tenía idea de lo que era ser adulto, como cualquier niño, para mi sólo eran los que trabajan, los que compran, los que manejan el auto, los que regañan, sin trasfondo ni mayor análisis. Después, cuando fui adolescente creía saber lo que era ser adulto, pero aún llena de idealismos e ilusiones. Hace a penas unos 3 años creía ser ya un adulto y hoy, quisiera salir corriendo y regresar a mi niñéz para volver a vivir todo ese proceso en el que uno añora ser adulto sin saber lo que te espera.
Estoy pasando por un momento de la vida, en que disfruto muchas cosas que antes no tenía, sin embargo el peso de las responsabilidades y sobre todo las de supervivencia a veces me es insoportable. Me tranquilizo a mi misma diciéndo "debe ser normal, seguramente la mayoría de las personas pasan por esto". Y si alguno de nuestros lectores ha pasado por esto, le agradeceré que me compartan sus experiencias y me ayuden a encontrar una luz en el camino.
Cada día me levanto con la ilusión de que pronto mis problemas económicos tendrán fin, trabajo duro día con día, no me rindo ni me desanimo. El negocio como todos, tiene días buenos y días malos, al parecer mis esfuerzos no han sido suficientes para sacarlo adelante, me esfuerzo un poco más, pienso alternativas, busco consejos y vuelvo a tener ilusión, hasta que llega el fin de mes y con frustración veo que la situación no cambia. Sobrevivo con mi trabajo de profesora aunque eso también me hace desatender el negocio por las tardes y al parecer mis sustitutos no prestan ni la atención ni el interés que yo pongo en sacarlo adelante (lo que es comprensible). Mi auto cada día tiene más fallas, quiero venderlo pero cuando he ahorrado una pequeña cantidad para poder reparar la avería, ya tiene una nueva, y cada vez que algo falla respiro profundo y pienso "pronto saldremos de esta, sólo tiene que pegar el negocio y podré reparar el auto, venderlo y hasta comprar uno nuevo" me aferro a mis esperanzas y mis pensamientos positivos. Mi casero es el ángel más grande que he podido topar, pues gracias a él he podido sostener mi vida de adulta "independiente" sin tener que regresar a casa de mis padres con la cola entre las patas. Cuando la vida ahorca, él me da chance y cuando se afloja un poco la cuerda me pongo al coriente. El hecho es que vivo al día, con la presión y el estrés de que pasan los días y la situación no cambia, con el miedo a que surja un imprevisto para el que no estoy preparada, sin posibilidad de hacer planes pues cuando hago alguno surge algo que lo destruye. He tenido que renunciar a los viajes, la ropa, las cenas, los cafés y como dice mi coléga de negocio "trabajo como negro para vivir como negro".
Hoy es uno de esos días en que el ánimo se va al suelo y me siento en un túnel sin salida, desesperada, frustrada y muy triste.
Por favor denme palabras que me alienten, díganme que tengo razón!!! que la mayoría pasamos por esto y que pronto vendrá la luz y la calma.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Beirut en México

Pues me topé por ahi con esta banda que me gustó muchisimo e ignoraba su existencia. Aqui les posteo una canción y la propaganda para su concierto que será en el Lunario el 20 de febrero:

Uno de los mosaicos sonoros más auténticos de la escena folk llega a México. Pase de abordar a un sinnúmero de lugares, aromas y sensaciones.

Beirut, la banda liderada por Zach Condon es una expedición musical que lo mismo recorre los balcanes, las costas francesas o la región zapoteca de oaxaca.

Estarán presentando dos EP´s: "Holland" y "March of the Zapotec" éste último surge de unas sesiones realizadas por la banda en Teotitlan del Valle, Oaxaca junto a la orquesta del municipio. Ambos EP´s serán lanzados 4 días antes de su presentación en la Ciudad de México.

Beirut - "Nantes"

sábado, 6 de diciembre de 2008

Neon Walrus

Neon Walrus, grupo mexicano de reciente creación provenientes de Torreón, Coahuila. Es el resultado de años de colaboración entre Francisco Martínez y Mateo González Bufi. Estos dos se conocieron en la Escuela Superior de Música y sus mutuos intereses por la música electrónica, el disco y el rock los llevaron a formar la banda. A mediados del 2007 se unió un tercer miembro a la banda de nombre Elias Kuri con quien compusieron el sencillo "John Solo". La carrera profesional del grupo empezó a partir del año 2008 cuando el primer EP homónimo del grupo es realizado con la ayuda del cantante/productor Erik Rubín. Neon Walrus es parte del colectivo Letouch.
Ehhhh qué tal???? Que me voy enterando de ese chisme!!! Erik Rubín productor!!! y este grupo es su pinino... a mi me gustó el resultado y jamás hubiera podido ni imaginar que Erik Rubín estaba detrás de esto, pero Neon Walrus me late!!! Les dejo esto que se llama "Mil memorias".
Les gusta?

viernes, 5 de diciembre de 2008

5 tipos de suertudos!

Disfrútenlo!! realmente está divertido... no quisiera estar en sus zapatos!!

1976-2006 ¿qué demonios le sucede a la ciencia mexicana?

Aquí publico el artículo que había prometido publicar cuando tuviera tiempo. Creo que es importante que las nuevas generaciones de científicos estemos conscientes del panorama que nos espera y lo que debemos hacer para mejorar el quehacer científico en México. Es un poco largo, pero los invito a que lean éste buen artículo con detenimiento ya que da una buena idea de éste panorama en decadencia...

El autor es Marcelino Cerejido del CINVESTAV, éste artículo fue publicado en la revista Ciencias No. 086, abril 2007

En marzo de 1976 un golpe de estado me obligó a exiliarme de mi país natal, Argentina. Como alternaba entre mi laboratorio en Buenos Aires y el del Departamento de biología celular de la Universidad de Nueva York (era profesor adjunto), decidí viajar a esta ciudad para formalizar mi incorporación como profesor titular. Pero en esos momentos, varios colegas mexicanos que me conocían (Jorge Aceves, Adolfo Martínez Palomo y Jorge Cerbón) y un íntimo amigo y colega argentino que había inmigrado a México un par de años antes (Enrico Stefani), me con vencieron de que cambiara mi decisión, me radicara en México y estableciera mi laboratorio en el CINVESTAV. Uno de los dos factores decisivos para quedarme aquí fue el entusiasmo que en aquél entonces tenía la comunidad científica mexicana, claramente manifiesto en la creación- incubación del CONACYT, el SNI, los sistemas de donativos, las becas, el Consejo Consultivo de Ciencia, las Cátedras Patrimoniales y todas las instituciones fundamentales de un país que se propone desarrollar su ciencia nacional e ingresar al Primer Mundo. Treinta años después, un par de cientos de artículos científicos escritos, otros tantos de ensayo y divulgación, una docena de libros, muchos miles de citas bibliográficas a nuestros trabajos, discípulos que hoy destacan en universidades de México, Europa y los Estados Unidos, premios de diversa rimbombancia y más amigos entrañables de los que el tiempo me permite disfrutar, han transformado mis expectativas de 1976 en pruebas concretas de que elegí bien. Sobre esta base me atrevo a contestar la pregunta del título. Para no andar con eufemismos, hoy veo que aquella comunidad científica mexicana que tanto me entusiasmó en 1976 ahora está apachurrada, envejeciendo y hasta deteriorándose —como he de señalarlo aquí—, y me siento en la obligación moral de emitir una opinión que nadie me ha pedido, como quien ve a su hermano desorientado y enredándose en empresas no promisorias. Sólo quiero hacer la salvedad de que cuando estudié medicina me inculcaron el principio primum non noscere (antes que nada no empeores el cuadro). Por eso, al escribir este artículo, me guío por un espíritu médico, con la esperanza de que ayude a emprender una cura.

El analfabetismo científico

Imaginemos que nos transportan a la Europa de mediados del siglo XIV, en momentos en que millones de personas perecen por una de las epidemias más terribles que registra la historia: la peste negra. ¡Qué no daría esa gente por saber lo qué los está matando! Hoy sabemos que se debió a Pasteurella pestis, pero ellos no podrían haber culpado a los microorganismos, pues faltaban quinientos años para que se descubrieran. Las bacterias eran invisibles para el hombre medieval y se veían obligados a interpretar esa realidad de alguna otra manera. Algunos entendían que Dios los estaba castigando por sus pecados y, para que los perdonaran, deambulaban descalzos dándose de latigazos; otros sospechaban que Dios estaba enfadado por los pecados cometidos por otros miembros de la sociedad, y se lanzaban a orgías de represalias, o bien se atribuía la ira divina a que su ciudad albergaba judíos “como los que habían matado a Cristo” y, para aplacarlo, incendiaban ghetos y cometían genocidios espantosos; y no faltaba quienes, aterrorizados, culpaban de la peste a la posición de los planetas, a las fases de la Luna, a eclipses y pasos de cometas. En cambio, si hoy los médicos mandaran a azotar a los tuberculosos, torturaran a nuestra abuela con Alzheimer para quitarle el demonio del cuerpo, o asesinaran judíos para que Dios acabe con la amebiasis, los tomaríamos por locos. Tras dicho ejemplo, no se requiere mucho esfuerzo mental para entender que la manera como el ser humano interpreta la realidad ha ido cambiando, desde los tiempos primitivos en que creía que las cosas tenían alma (animis mo), a un periodo posterior en que pasó a dar por sentado que había dioses especialistas en el mar (Neptuno), la agricultura (Ceres), la guerra (Marte) y todo un panteón politeísta; una manera de interpretar la realidad que fue sucedida por otras en las que un sólo dios supremo (monoteísmo) había creado el Universo, que luego permitió dar un paso evolutivo más, tomando la forma actual de ciencia moderna, que consiste en hacerlo sin recurrir a milagros, revelaciones, dogmas ni al principio de autoridad, con base en el cual algo es verdad dependiendo de quién lo diga (la Biblia, el Papa, el rey, el padre). Puesto que el desarrollo de la lectoescritura no acabó de cuajo con el analfabetismo, podemos admitir que tampoco hubo un día preciso en que todo el mundo pasó, digamos, del animismo al politeísmo, ni otro en que la humanidad pasó a interpretar la realidad “a la científica”, tal como sucede hoy cuando se pasa del 31 de diciembre al 1 de enero del año siguiente. De la misma manera sabemos que, desgraciadamente, hoy la humanidad está compuesta por una mayoría de analfabetas científicos, porque sólo una ínfima minoría ha tenido la suerte de ser educada en la manera de interpretar la realidad “a la científica”, es decir, sin recurrir a milagros, revelaciones, dogmas ni al principio de autoridad. Asimismo, sólo un puñado de países tiene ciencia moderna, el Primer Mundo (entre 10 y 15% de los pueblos) y eso los pone en condiciones de crear, inventar, descubrir, producir, vender, tener, someter al resto de la humanidad con deudas usurarias, dictarle normas sobre cómo se deben organizar política y económicamente, raptarlos de su patria para llevarlos a juzgar a la metrópoli, bloquearles el comercio, invadirlos, matarlos, y sólo permitirles que usen las cosas que ellos diseñan siempre y cuando se les paguen patentes y regalías. No es que en el Primer Mundo todos los habitantes interpreten la realidad “a la científica” pero, así y todo, en caso de guerra, epidemias, escasez de energía, crisis de transporte, dificultad en la comunicación, les basta con encomendar su estudio y solución a la ciencia y a la tecnología que sólo domina una pequeña parte de su población. Y hasta agregaría un elemento macabro: el Primer Mundo no sale a “catequizar” al Tercero (como lo haría con un nuevo credo) para que puedan acceder a una visión científica de la realidad, sino que, por el contrario, suele impedir o dificultar que otros pueblos desarrollen su saber, porque de ese modo eternizan la explotación y la dependencia. Un caso extremo de dicho embotamiento de todo un pueblo, de todo un continente, es la “africanización”, concepto que sin embargo no desarrollaré en este artículo pero que, para captarlo, aconsejaría leer los libros Black Athena de Martin Bernal, How Europe Underdeveloped Africa, de Richard Rodney, y Ébano de Ryszard Kapuscinski.

La ciencia es invisible
Los hombres del medioevo que usé como ejemplo, no solamente no veían microorganismos, sino que tampoco hubieran tenido microscopios con qué verlos. Peor aún, tampoco tenían ciencia moderna ni hubieran podido imaginarla. Hoy, el analfabeta científico padece de una ceguera similar. Así, cuando a un pueblo le faltan alimentos, agua, medicamentos, su gente es la primera en señalar el déficit con toda exactitud; en cambio cuando le falta ciencia no puede entenderlo ni imaginar de qué le serviría desarrollarla. En realidad su caso es más grave, pues el analfabeta científico cree que sabe muy bien qué es la ciencia, dado que una divulgación científica de excelente nivel, pero incompleta, lo ha engatusado con portentos como, ¿sabía usted que si una persona saltara como una pulga, podría…?; un balde de materia de una estrella enana blanca pesa tanto como toda la Tierra; un agujero negro puede tragarse una galaxia entera, etcétera. A esta forma de divulgación le salió el tiro por la culata: esa visión de la ciencia acabó dando la idea de que los científicos somos una bola de parásitos anteojudos que, en medio de una sociedad donde no todos tienen empleo o el salario no permite llegar a fin de mes, pretendemos que el Estado solvente nuestros ocios con fósiles de dinosaurios, la dispersión y difracción de la luz en rayitos de colores o con fotos de los anillos de Saturno. Comprensiblemente, el gobernante analfabeta, concluye con toda honestidad que no es momento de malgastar en extravagancias científicas. ¡Quién convence ahora a nuestra sociedad y sobre todo a nuestro Estado de que los científicos no somos coleccionistas de rarezas sino, muy por el contrario, buscamos regularidades de las que luego tratamos de destilar las leyes con que funciona la realidad!

¿Ciencia?, ¿para qué?
¿Acaso la manera de interpretar la realidad, además de mostrarle al hambriento que hay cosas que se llaman quasares y diatomeas, puede cambiar la vida diaria del obrero sin trabajo y con la panza vacía? Sí, por supuesto. Y dado que un coche es tan parte de la realidad como Saturno y los fósiles de tiranosaurio, para hacer un tanto más accesible mi argumento, voy a suponer que nuestro automóvil se ha descompuesto y hay dos mecánicos. El primero, con una manera de interpretar la realidad “a la católica” (la visión del mundo que predomina en México) le pega una estampita, le pone una vela sobre el techo e invita al cliente a arrodillarse a su lado y rezarle al cielo para que componga la carcacha. En cambio, el segundo, con una manera de interpretar la realidad “a la científica”, invoca leyes de la mecánica, y se abstiene de apelar variables místicas. Adivinanza: ¿cuál mecánico cree usted que va a conservar su trabajo y cuál se va a ver obligado a cerrar su changarro? Puesto que el ejemplo resulta demasiado tonto, reemplacemos al mecánico “a la católica” con obreros acudiendo de a miles a rogarle a alguna virgen que les consiga trabajo, y en lugar del mecánico que interpreta la realidad “a la científica” imaginemos cámaras empresariales y sindicatos que recurren a universidades y centros de investigación, financian proyectos y establecen sistemas de becas para que se desarrollen sustitutos lo cales avanzados y especialistas en disciplinas de las que dependen sus industrias y empleos. Por otro lado, quienes deberían liderarnos para acceder a una cultura compatible con la ciencia son nuestros intelectuales. ¿También ellos están afectados de analfabetismo científico? Me temo que sí. En su esfuerzo por interpretar el presente de México, a nuestros sociólogos, historiadores, politólogos y periodistas no se les escapa presidente, golpe de estado, trifulcas entre el campo y la ciudad, dirigente sindical, pacto comercial, relación con entidades financieras internacionales, ni ministro de economía a lo largo del siglo XX. Pero, increíblemente, no dan muestra de percibir que en ese siglo XX, que vio aparecer aviones, radio, televisión, computadoras, antibióticos, que logró desmenuzar el átomo y descifrar el genoma humano, se estaba gestando una sociedad mexicana que no fomentaba la ciencia ni la tecnología derivada de ella. ¿Cómo es que a esos sesudos intelectuales no les dice nada que, en plena Guerra fría, Rusia y los Estados Unidos no se enviaran asaltantes de bancos, ladrones de coches, ni contrabandistas de arte, sino que trataban de arrebatarse información y conocimiento? Es que nuestros estudiosos son muy dados al análisis economicista, pues para el analfabeta científico la realidad es muy simple, tiene una única variable, la económica. Han de pensar que Suiza cultiva su ciencia porque es rica, sin advertir que por el contrario es rica porque cultiva la ciencia. Han de dar por sentado que el llamado “milagro alemán” se debió en serio a un milagro. En nuestros días, los periódicos están atestados de artículos sobre los mil y un detalles de las plataformas y estrategias de los partidos políticos. ¿Cómo es que no advierten que en esos planes el desarrollo de la ciencia y la tecnología brilla por su ausencia? Cuando se lo señalo a alguno de dichos periodistas suele responder: “es que hay urgencias más graves que apoyar a la ciencia”. En varios artículos y libros (ver bibliografía) he señalado que esa respuesta encierra la quintaesencia del subdesarrollo: mientras el Primer Mundo se apoya en la ciencia, en cambio el Tercero habla de apoyar la ciencia. Esta situación sería comparable a que allá la gente se apoyara en la medicina para operarse de la vesícula, y en cambio aquí lo hiciéramos para apoyar a nuestros médicos. Me resulta asaz paradójico que cuando los científicos caracterizan una cultura (neolítica, edad de hierro, olmeca, cretense, purépecha, comechingona —esta última habitaba el cordón montañoso compartido por las actuales provincias argentinas de Córdoba y San Luis), destacan si conocían la rueda, forjaban el bronce, registraban el paso de tal o cual cometa, cultivaban maíz o eran polígamos; en cambio, cuando las revistas culturales hoy se refieren a las actuales de la Ciudad de México, Monterrey o Nayarit, se restringen a las artesanías, las corrientes literarias, las escuelas pictóricas y los bailes folklóricos. ¡Si por lo menos captaran el desolador papel que nos atribuyen autores como Richard Rosencrance, quien en su "The Rise of the Virtual State" divide a las naciones actuales en “países cabezas” y “países manos”! Para peor, dicho autor comenta que el avasallador pro ce so de robotización va permitiendo que el Primer Mundo prescinda incluso de las manos de nuestros obreros. ¿Qué interpretarán los directores de nuestras cultas revistas de hoy día, cuando pasan por una caseta de cobro y constatan que un operario toma el dinero del automovilista y lo arroja en el embudo de una máquina totalmente automática (no diseñada ni construida en México) que levanta la barrera?

Si no se avanza se retrocede

México no tiene ciencia como Francia, pero tampoco carece de ella como Costa de Marfil. Justamente, por eso en 1976 tenía los recursos humanos con que lanzarse a crear las bases de la ciencia nacional, circunstancia que encendió mi entusiasmo por integrarme a la comunidad científica mexicana. ¿Desapareció aquella comunidad?, ¡no!, muy por el contrario, hoy los investigadores mexicanos publican sus artículos en las mejores revistas del mundo, integran los claustros profesorales de las universidades más importantes del planeta y ganan todo tipo de premios. Para compararse, nuestros empresarios deberían producir automóviles, aviones y cámaras capaces de competir en el mercado internacional con los Mercedes, Boeing y Nikon. ¿Por qué se achaparraron entonces?, ¿qué los desanima? La ciencia tiene una epistemología (cómo y qué se hace para conocer), una práctica profesional (las que le enseñamos a nuestros estudiantes de doctorado) y una sociología (cómo trabaja un investigador y su equipo, cómo se relaciona con las instituciones y sus colegas, cómo publica y ensambla sus métodos y avances con los de la comunidad internacional). Pero el analfabetismo científico ha trastocado esas normas. Por ejemplo, si graficamos la producción de los grandes científicos (Galileo, Newton, Darwin, Einstein, Watson, Crick, Monod) en función del tiempo, veremos que en ningún caso dibujan una recta continua. Por eso la tendencia a obligar a nuestra comunidad a obedecer normas administrativas forjadas para regular la producción y el comercio de muebles y salchichas, está causando estragos. Se obliga a que el investigador produzca resultados y teorías con una regularidad que es ajena a la ciencia. Se le disuade de embarcarse en tareas creativas y de envergadura, y se le obliga a optar por proyectos triviales y repetitivos, todo para asegurarse de que cumplirá con el administrador. Si hay algo que realmente depende de la creatividad, el descubrimiento y lo inesperado, es la investigación científica. Pero hoy se obliga al profesional de la ciencia a especificar en su solicitud qué va a hacer en el tercer trimestre del segundo año, como si dijera “hacer un ropero me lleva tres días, por lo tanto para hacer doscientos…”. Es más, estoy tentado a afirmar que si alguien realmente satisface esos requisitos de las solicitudes, no se le debería otorgar un donativo, pues se propone hacer una ciencia chata, sin calidad, “barredora de rincones”, como lo diagnosticó la insigne socióloga Larissa Adler. Esta práctica desentusiasma y arruina. Estoy vehementemente en favor de que se evalúe la labor y el desempeño de los investigadores, aunque sea sólo porque la sociedad tiene derecho a saber en qué se emplea el dinero que nos otorga como sueldo, donativos, becas, etcétera. ¿Pero por qué no hay crédito científico? Por ejemplo, si un investigador viene produciendo aceptablemente durante los últimos quince años ¿no podría extrapolarse el dinero que viene gastando, dárselo como crédito por un par de años y permitir que rinda cuentas (científicas y económicas) a posteriori? Los donativos se deberían dejar para gastos no rutinarios, aparatos costosos, proyectos de envergadura y costo excepcional, no para encerrar en oficinas a los investigadores que solicitan y a otros que los tienen que evaluar y dictaminar a priori. El no contar con la con fianza de la sociedad para hacer ciencia (confianza que sí le tiene para comprar camisas y lavarropas), también malgasta y deprime. Veamos otro ejemplo. La labor científica exige la participación de técnicos. Los investigadores detectan y seleccionan personas con talentos y habilidades especiales para cultivar neuronas, manejar un microscopio electrónico, analizar una pieza arqueológica, monitorear un volcán. Pero hoy esas personas se rigen por normas y escalafones pactados entre dirigentes sindicales y administradores, ambos analfabetas científicos, a veces con el único propósito y con toda la premura de que se levante una huelga. Ya no podemos seleccionar, adiestrar (cursos de actualización ad hoc) y promover a nuestros técnicos. La catalogación de actividades los está forzando a cumplir con cierta tarea y cierto horario, no con cierto propósito. Al usar sus manos pero no sus cerebros estamos hundiendo a esas personas en una injusta mediocridad. Además, si un avión no puede volar hoy porque el piloto está de vacaciones, mañana tampoco porque, si bien ya regresó el piloto, ahora está de vacaciones el mecánico… se transformaría en el avión más ineficiente y costoso del mundo. Análogamente, al aceptar que en lugar de sueldos dignos se los retribuya con más días de asueto, horarios móviles, vacaciones distribuibles a lo largo de todo el año, se está imposibilitando la labor interdisciplinaria y en equipo que hoy resulta imprescindible en las tareas científicas de todo el mundo. Repito, el analfabetismo científico, al obligar a la comunidad científica mexicana a regirse por normas administrativas e imposibilitar que se maneje con la epistemología, sociología y prácticas inherentes a nuestra profesión, está achatando nuestra labor, haciendo desaparecer la calidad científica. Sería innecesario recalcar la necesidad de que se emprenda una campaña para que todo mexicano sepa leer y escribir, es decir, para combatir el analfabetismo común. En cambio, resulta muy difícil que se entienda nuestra recomendación de que se debe diseñar y emprender una urgente campaña nacional contra el analfabetismo científico. Para propiciar este tipo de campañas me atrevo a escribir artículos como éste. Sería muy dilatado bosquejar aquí las características de dicha campaña, pues implica desde cambios en la orientación de la escuela primaria, hasta convencer al Estado de que ya no quedan funciones sociales que no dependan de la ciencia y la tecnología, y por lo tanto urge que aprenda qué es la ciencia y qué puede esperar de ella nuestra sociedad, así como la capacitación del empresario para que se ponga rápidamente en condiciones de promover y usar el conocimiento.

La culpa es de nosotros

Por años hemos venido quejándonos de que el gobierno en turno no nos quiere, no nos apoya, no nos escucha. Lo vemos exigir tercamente que hagamos ciencia aplicada y no perdamos el tiempo en ciencia básica, y dificultarnos el ensayar una vacuna en una rata antes de aplicarla a nuestros niños, mientras permite torturar animales por puro placer en corridas de toros y peleas de gallos. Pero hemos sido in justos pues, como he tratado de señalar aquí, para el analfabeta científico la ciencia y la necesidad de desarrollarla y usarla en toda tarea (social, industrial, sanitaria, comunicativa, agraria) son invisibles. Debemos convencernos de que nuestros gobiernos son simplemente analfabetas científicos. Pero entonces el camino no es la queja sistemática y amarga, sino la alfabetización científica llevada a cabo con todo respeto, sin denostar ni humillar. A la humanidad le ha llevado milenios diseñar la ciencia moderna ¿De dónde surge entonces nuestro tupé de esperar que un funcionario se convierta de la noche a la mañana en una persona con una visión del mundo “a la científica”? ¿Por qué esperamos que, como por arte de magia, sepa que no se puede hacer ciencia aplicada sin desarrollar primero una ciencia básica? En suma, ¿cómo no nos hemos percatado de que no está en juego la maldad ni la necedad sino, simplemente, un tremendo analfabetismo científico? Mientras la comunidad científica no discuta y diseñe la manera de alfabetizar urgentemente a nuestra sociedad y, sobre todo, a nuestro Estado y a nuestros líderes culturales, seguiremos asemejando a aquellos infortunados que, en plena Edad Media, trataban de evitar la peste negra a rebencazos, quemando ancianas dementes, incendiando juderías. Por otra parte, si los intelectuales no entendemos que, aunque tengan una manera arcaica e ineficiente de interpretar la realidad, las religiones siguen siendo

Jaja!! Así termina el artículo…supongo que por un error editorial, pero podemos imaginar el resto de la oración.

Ahí les van un par de lindas rolitas

En la voz de Juan Son tenemos ésta linda rolita llamada "Nada". Además de que me gusta el ritmo de la canción, los coritos y la voz rara que hace el fulano este, me gustó mucho la letra, pues es una historia de amistad tal vez de amor, dónde se habla acerca de la compañía, la lealtad, el apoyo, el compartir enseñanzas, de todas esas cosas hermosas que puede tener una relación de amistad o de amor, pero además platicado de una forma muy épica y medieval...


Y acá esta la segunda titulada "Veneno" del grupo Six million Dollar. Mucho más pop y coqueta pero me gusta así como a muchos de los radioescuchas de Reactor pues es una de las canciones más pedidas en los últimos días...