NO ES QUE ESPECIALMENTE ME FASCINE DEJAR COSAS A MEDIAS, PERO YA TIENE TANTO QUE EMPECÉ ESTE TEXTO Y QUEDAN TANTAS COSAS POR CONTAR QUE A CONTINUACIÓN SOLO PUBLICARÉ LA TERCER PARTE INCONCLUSA DE UNA TAREA QUE AL PRINCIPIO JUZGUE SENCILLA, PERO QUE LA VERDAD REQUIERE DE UNA DISCIPLINA QUE NO TENGO O NO PUEDO TENER. RESULTA CANSADO TRATAR DE ESCRIBIR, CANSADO Y ABURRIDO. LES PIDO UNA DISCULPA Y PIDO SU COMPRENSIÓN.
La chica encuestadora del Mc'Donalds (en el que Julian compro las malteadas de fresa que nos tomamos) nos la encontramos subiendo las escaleras que tenía que subir para llegar a la puerta por la que abordaría mi avión, saludo y dijo algo en alemán. Julian entendió y contestó. Después de varias preguntas, le dijo a la chica encuestadora que tenía que ir al baño, y que yo podía contestar las preguntas que faltaban. Entonces me dejo contestando las preguntas que eran más bien sencillas, información acerca de Julian: dirección, teléfono, edad, y no recuerdo que más, lo que si recuerdo es que para la dirección tuve que checar el anuario, que afortunadamente llevaba a la mano. Me preguntó en inglés, lo que me hizo recordar lo que ya me habían dicho: "(en acento fresa)es que en Europa la gente es cultísima, todos hablan por lo menos dos idiomas, no como acá".
Este vuelo iba a ser el más corto de la super jornada "once-horas-y-media-de-husos-horarios", así que no me sentía tan mal. Estuvo más padre por que como me encontraba cansado de la caminada por Frankfurt y todo eso, si me pude dormir, y cuando me desperté ya casi llegábamos, así que prácticamente ni lo sentí.
A unos minutos de llegar a Heathrow me asomé por la ventana y me encontré con un cielo nublado, a punto de estallar en lluvia, esto mientras el capitán nos decía que el tiempo para ese día iba a ser lluvioso y ventoso, que el cambio climático había cambiado ya de tal forma el clima global que este año era la primera vez que habían tenido easterlies, osea, vientos de oeste a este, que en aquellas latitudes jamás se habia presentado tal fenómeno, ¿o eran westerlies?, no recuerdo bien, el punto es que normalmente tenían vientos de aquí pa'lla y que ahora tendrían de alla pa'ca.
Otra vez, como el año anterior, vi el London Eye pequeñito pequeñito, un pequeño "London Ant Eye", y esas casas todas iguales que me recuerdan a la que vivía Harry Potter con sus tíos, probablemente si era una de esas. Coches hormiga yendo y viniendo usando el "otro carril", como en la India, como en Emiratos Árabes Unidos si no mal recuerdo. Hey, no había pensado en eso, derecha, izquierda, derecha, izquierda, izquierda y de vuelta al revés. Con razón cuando esperaba con mis amigos el metro en Aeropuerto para ir a mi fiesta de "bienvenido a tu México lindo y querido", después de haber llegado, no sabía hacia que lado asomarme para ver si ya venía nuestra limusina naranja.
Había habido un poquito de turbulencia, pero finalmente las "llantitas" del avión ya iban raspando la pista de aterrizaje (¿o al revés?). Cuando empezó a desacelerar me di cuenta de lo mucho que el viento hacía bailar al verde y largo pasto del aeropuerto, detallito que me hizo pensar en como el aeropuerto de Heathrow esta bien padre y luego recordar como empieza la última película de Harry Potter. Que bueno que no había de esos monstruos encapuchados feos.
El avión nos dejó en la terminal 5, en la que me pude haber quedado tranquilamente a esperar si no hubiera sido por los cambios que se hicieron en los vuelos de un montón de personas como yo unos meses antes, por razones administrativas o algo así, y que provocaban que nuestros vuelos tuvieran que salir de la terminal 4. Por tal motivo caminé y caminé para llegar al lugar en donde los camiones que van a la terminal 4 pasaban. Había una larga fila, o más bien, lo que era una fila mediana cuando llegue se convirtió en una larga fila no india.
Recuerdo que para llegar a la puerta en donde el camión nos recogería había que bajar unas escaleras (eléctricas por supuesto) que corrían a lado de una enorme pared de ventanas que ofrecía una vista muy padre del aeropuerto. Era agradable ir bajando esa escalera eléctrica únicamente con tu equipaje de mano sabiendo que de lo demás no te tenías que preocupar por que la aerolínea se haría cargo, volteando hacia tu izquierda para ver las pistas de aterrizaje, los carritos que llevan equipaje, los que llevan esas cajotas que tienen la comida adentro, aviones en el cielo que acababan de partir, el pasto bailarín que de tan lejos que esta, pareciera ser un verdoso oleaje. Árboles más a lo lejos, moviendo sus ramas, como para que te des cuenta que están ahí. Y las nubes que los easterlies (¿o westerlies?) todavía no se habían llevado.
Llego un camión, un camionsote más bien, tipo metrobús pero con el volante al otro lado y unos resortes que lo hacen agacharse un poquito para que la gente se pueda subir, con sus palpitantes luces como de policía pero en naranja y más chiquitas, y la fila empezó a avanzar, pero solo la mitad, o tal vez menos, entraron y los demás tuvimos que seguir esperando. Afortunadamente fue más el tiempo que estuvimos esperando a que llegara el primero, que al que finalmente me subí. Si no mal recuerdo me toco irme sentado, algo que fue bastante bueno ya que el trayecto fue como de media hora.
Finalmente llegamos a la terminal cuatro, me bajé del camión y entré al lugar en el que pasaría las siguientes horas dando vueltas de allá para acá, checando monitores en busca de la puerta por la que saldría mi vuelo y deseando que no tuviera que esperar tanto tiempo. Cuando subí las escaleras al lugar en donde estaban todas las puertas, las tiendas, los restaurantes, los cafecitos etc., encontré una señora vestida con un uniforme verde que saludaba amablemente a todos los que llegaban con un acento que indicaba que al parecer su lengua materna era alguna lengua eslava. Me saludó y me dio un folleto que mostraba las promociones que había en las tiendas del aeropuerto. Le pregunté si había alguna puerta específica por la que salieran los vuelos de British Airways, y me contestó preguntándome a que horas era mi vuelo, le dije la hora (14: 50), y me señaló que tenía que esperar por lo menos como hasta las 12:00 para que la pantalla mostrara por que puerta tendría que abordar. Entonces eras como las nueve/nueve y media.
Caminé y caminé, me subí a varias de esas máquinas tipo escaleras eléctricas que te ayudan a ir más rápido. Producen una sensación rara-agradable de rapidez. Me imagino que sería divertido grabarme con los brazos cruzados hacia atrás, la vista hacia el frente ignorando la cámara, que me estaría viendo como hacia arriba (desde abajo), mostrando como avanzo sin aparente movimiento de mis pies, como si tuviera rueditas en lugar.
El Reino Unido es el lugar más caro en el que he estado, tenía ganas de ver si podía usar la conexión inalámbrica de mi compu para entrar a internet y no aburrirme tanto, pero como ya se le acababa la batería, necesitaba recargarla, y para recargarla, necesitaba conseguir un adaptador para el enchufe del Reino Unido. Es una desventaja que haya tantos tipos de enchufe alrededor del mundo, ojalá algún día nuestra amiga la globalización haga algo por ayudar a la causa de los viajeros con poca carga en la batería de sus laptops y con muchas horas por esperar para el vuelo de conexión de su viaje de más de un día de una esquina del mundo a la otra, e intenciones de desaburrirse leyendo lo mala que es la recesión en las noticias.
El adaptador de clavija americana a enchufe inglés (el más barato que ví) costaba al rededor de 12 libras. Si me hubiera decidido a comprarlo hubiera tenido que, en primer lugar, cambiar los euros y dólares que llevaba, esto es, perder una parte por el cargo que te hacer, y en segundo, sacar más dinero del banco por que muy probablemente lo que tendría no sería suficiente. Antes de arriesgarme a hacer tal cosa, cheque si podía acceder al wireless del aeropuerto, imaginándome que probablemente tal servicio estaría mejor que en el aeropuerto de Bombay. Encendí la lap, esperé los diez min. que windows vista toma del momento en que aprietas el botoncito de encender hasta el momento en que puedes empezar a usarlo (no son diez minutos pero se siente casi como si los fueran) y me di cuenta que no, el wireless no servía. Después de un tiempo y ya en casa y como creo ya mencioné en la entrega pasada, me daría cuenta que el problema era uno de configuración. En fin, me tuve que acercar a una de esas maquinitas que hay en los aeropuertos que ofrecen internet, vi el precio por diez minutos, y comprobé de nuevo lo caro que es el Reino Unido: 1 libra o 2 euros. Para mí, dos euros por que no llevaba libras.
Mandé un email a mi familia para avisarles que seguía vivo. Fue bastante incómodo por que las maquinitas esas tienen un teclado raro que tiene las teclas muy separadas entre si y como más pequeñas que las de un teclado estándar, por lo cual es difícil escribir fluidamente en ellos: estrategia inteligente para que se te vayan tus diez minutos habiendo escrito un corto email con muchas faltas de ortografía y letras comidas, así, si planeabas hacer algo más tendrías que pagar otra libra (u otros dos euros).
Enviado el email, de nuevo me encontré a mi mismo preguntando que podría hacer, y esta fue la respuesta que encontré: caminar de una esquina de la enorme terminal 4 del aeropuerto de Heathrow (en donde me encontraba) tantas veces como pudiera durante el tiempo que estaría, volteando a ver los monitores gigantescos esperando encontrar la puerta por la que saldría mi vuelo. Supongo que ya para entonces mi cerebro esta un poco afectado y por lo tal, ideas como esta venían a mi mente. Al final no lo hice, es decir, si caminé varias veces de un fin al otro de la terminal, volteando a ver los grandes monitores cada vez que pasaba cerca de ellos (desesperándome un poquito cada vez más que encontraba que mi vuelo aún no aparecía) pero no todo el tiempo que estuve ahí, de repente me sentaba a ver la tele que tenían, en la que estaba un programa de noticias que parecían repetirse una y otra vez. En una de esas incluso me metí a darme una ducha en las regaderas que tiene el aeropuerto, en realidad era nada más mojarse por que no tenía shampoo, ni jabón, y la espuma que te ponen como jabón en los lavamanos no es lo mejor que digamos, es más como para rasurarse o algo así. Al final tal ducha no sirvió de mucho por que de todas maneras cuando llegué a México apestaba a indio (literal) y el desodorante que traía me lo habían decomisado por que no se pueden cargar envases con más de 100ml de líquido en el equipaje de mano.
2 comentarios:
Wow¡¡ que viaje hasta me canse de leer todo el tiempo que aburrido estuviste esperando.
Pero amiguito con eso de que te has tardado resulta que nos tienes que publicar como fue tu regreso a la escuela, como fue el encuentro con tu novia etc etc cosas que la comunidad ketchupense les interesa leer de tus interesantes crónicas, me gusta mcuho como escribes siguelo haciendo TKM
no manches moy! no dejes de escribir por flojera que lo haces muy bien!!! La verdad es muy entretenido leer tus historias, escribes de una forma muy divertida y espontánea! Yo se que es pesado y difícil, pero en algún momento apreciarás haberlo hecho, así que ánimo y esperamos leer más de tus historias...
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